El caso de Grecia

Recientemente, hemos sabido del desafortunado estado al que ha llegado el país griego como consecuencia de la crisis que se ha dado a escala mundial. Hace dos años también se dio un caso semejante en Islandia. Todo esto nos lleva necesariamente a una pregunta: ¿Cómo quiebra un país?

Para que se llegue a una quiebra, debe de haber insolvencia generalizada, permanente en el tiempo, que se pueda apreciar objetivamente y debe de ser insalvable para el deutor.
Está claro que, si realmente existe una gestión transparente de los impuestos con un buen establecimiento de prioridades de pagos, esto no tendría porqué pasar, ya que el estado mueve millones de euros y se debe saber que hace con ellos. También es cierto que una crisis como la actual pone a prueba la habilidades de los líderes de manejar el dinero y reactivar la economía.
Las causas son un gran aumento del déficit del estado, es decir, que tiene más deudas que ingresos. Además, baja la confianza que depositan muchos accionistas y especuladores en productos nacionales, que venden todos sus acciones al mismo tiempo, lo que hace que baje el precio de cada unidad de forma considerable, teniendo en cuenta que no hay compradores.